TRIPULANTES DESTA MESMA NAVE
terça-feira, 3 de março de 2009
A VOZ SEM MÃOS
Homenagem a VICTOR JARA
Victor Jara estava nas instalações da Universidade, quando se deu o golpe de Estado de Augusto Pinochet, em 11 de Setembro de 1973.
Os militares cercaram a Universidade onde se encontravam alunos, funcionários e professores, obrigando-os a passar a noite de 11 para 12 de Setembro dentro das suas instalações.
No dia seguinte invadiram a Universidade e transportaram-nos para o Estádio do Chile, convertendo-o num campo de concentração.
Os prisioneiros foram mantidos lá num clima de fome, frio, violência e terror durante vários dias.
Victor Jara foi reconhecido pelos militares e foi espancado e torturado durante esses dias, até ao seu assassinato a 16 de Setembro.
Nos dias anteriores ao seu assassinato, escreveu este poema que, graças aos seus companheiros de cativeiro, conseguiu chegar até nós. E neste dia em que a justiça chilena condenou o seu cruel assassino, aqui deixo a minha homenagem a este grande homem de convicções. Hasta siempre Victor Jara.
"Somos cinco mil
Somos cinco mil aquí.
En esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil.
¿Cuántos somos en total
en las ciudades y en todo el país?
Somos aquí diez mil manos
que siembran y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!
Seis de los nuestros se perdieron
en el espacio de las estrellas.
Un muerto, un golpeado como jamás creí
se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitar
se todos los temores,uno saltando al vacío,
otro golpeándose la cabeza contra el muro,
pero todos con la mirada fija de la muerte.
¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroísmo.
¿Es éste el mundo que creaste, Dios mío?
¿Para esto tus siete días de asombro y trabajo?
En estas cuatro murallas sólo existe un número que no progresa.
Que lentamente querrá la muerte.
Pero de pronto me golpea la consciencia
y veo esta marea sin latido
y veo el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona lleno de dulzura.
¿Y Méjico, Cuba, y el mundo?
¡Qué griten esta ignominia!
Somos diez mil manos que no producen.
¿Cuántos somos en toda la patria?
La sangre del Compañero Presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas.
Así golpeará nuestro puño nuevamente.
Canto, que mal me salescuando tengo que cantar espanto.
Espanto como el que vivo, como el que muero, espanto.
De verme entre tantos y tantos momentos del infinito
en que el silencio y el grito son las metas de este canto.
Lo que nunca vi, lo que he sentido
y lo que siento hará brotar el momento..."
Victor Jara
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